Cuento Zen: La muchacha.
Dos monjes que regresaban a su templo, llegaron a un río donde encontraron a una hermosa muchacha que no se atrevía a cruzarlo, temerosa
de mojar sus mejores ropas. El más anciano de los monjes, casi sin detenerse, la alzó en
sus brazos y la llevó hasta el otro lado. La muchacha le agradeció su gesto y los monjes siguieron su camino.
Después de recorrer tres kilómetros el monje más joven, sin poder
contener más, exclamó:
- ¿Cómo pudiste hacer eso, tomar una muchacha en
tus brazos? Conoces bien las Reglas -y otras cosas por el estilo.
Y el monje mayor le dijo con una sonrisa:
- Debes de estar cansado,
habiendo cargado con la muchacha todo este tiempo. Yo la dejé del otro lado del
arroyo.
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