viernes, 8 de mayo de 2020

Presentación del taller online: Relaciones conscientes en tiempos de adv...

lunes, 20 de abril de 2020

En tiempos del CoronaVirus 2. Es tiempo de oportunidad.

domingo, 23 de octubre de 2016



El secreto del Dragón Dorado, por fin ya ha salido a la venta en Ebook.

Un viaje… Una búsqueda… Un encuentro.
En el albor del siglo XVI, Simón, un joven con ciertas capacidades psíquicas, se embarca en Sevilla como polizón en el primer viaje marítimo de circunvalación de la tierra. Tras superar las más duras experiencias físicas, psicológicas y mágicas, llega a la provincia China de Henan, donde se alza el mítico monasterio de Shaolín.
Ningún occidental había sido admitido antes para desarrollar los místicos poderes de los monjes guerreros y desvelar el secreto del Dragón Dorado. La historia aumenta de intensidad al descubrir al amor de su vida y al verse inmiscuido en una arriesgada lucha por el poder entre los hechiceros de magia negra y los guardianes de la tradición espiritual de oriente.
Un viaje iniciático al corazón de la China milenaria…

martes, 16 de agosto de 2016

Mindfulness. Meditación de la Montaña ( versión corta)

La meditación de la montaña es una de las meditaciones mas poderosas para cultivar la ecuanimidad y la fortaleza interior. Por eso, su imagen puede ser un medio útil para establecernos con Presencia , serenidad y firmeza en el aquí y en el ahora, mas allá de los embates de la vida .

Fuente: Canal Youtube Fundación Sophia

sábado, 13 de agosto de 2016

Meditación de las Cuatro Moradas Sublimes

Dentro de la tradición Budhista, las cuatro Moradas Sublimes, los 4 Inconmensurables o los cuatro Brhama Viharas, son alegóricamente hablando, los cuatro palacios donde habita la divinidad: al Amor benevolente y desinteresado, la divina Compasión, la Alegría por la felicidad de los demás y la Ecuanimidad . La meditación del cultivo de las cuatro Moradas Sublimes es una de las mas benéficas para el alma…Pues ¿como no hacer de uno mismo el hogar donde habiten tan divinos sentimientos?…



Fuente: Canal Youtube de la Fundación Sophia

domingo, 27 de marzo de 2016

Hishiryo (pensar sin pensar)




     Etimología de Hishiryo Hishiryo (非思量) literalmente significa “pensar sin pensar.” Shiryo (思量) significa “pensamiento” e hi (非) es un prefijo que indica negación y oposición. Por tanto, hishiryo equivale a “no pensar" o "más allá del pensamiento". 

     La palabra hishiryo aparece en el Fukanzazengi de Dogen Zenji (aunque no figura en el manuscrito firmado), en el Shobogenzo Zazengi, Shobogenzo Zazenshin y en el Zazen Yojinki de Keizan Zenji. Es uno de los términos más importantes utilizados para describir zazen. Hishiryo en estos escritos proviene del diálogo entre Yakusan Igen (745~828) y un monje, cuyo nombre no se revela, que se describe en Keitoku Dentoroku y otros textos Zen. 

     El gran maestro Yakusan Kodo estaba sentado en zazen. Un monje le preguntó: “Al estar sentado inmóvil, ¿en qué estás pensando? Yakusan dijo: “Pienso a partir del no pensar”. El monje dijo: “¿Pero cómo se piensa a partir del no pensar?”. Yakusan respondió: “Más allá del pensamiento (hishiryo).” 

     Al responder “hishiryo,” Yakusan señala un ámbito más allá del pensamiento que discrimina, el ámbito de ser uno con el no pensar, que es el ser original o verdadero. Este diálogo significa que zazen es la práctica de ser uno con el ser original, ese ser que somos originalmente. 

    En la tradición Zen, la palabra hishiryo también se encuentra en un texto mucho más antiguo, el Shinjinmei escrito por el Tercer Ancestro Sosan. 

    La iluminación se ilumina por sí sola con la luz del vacío. 
No hay necesidad de realizar el menor esfuerzo mental. 
Es el ámbito del no pensar. 
Un ámbito que va más allá de la comprensión del razonamiento y de las emociones. 

En este contexto, hishiryo se explica como un ámbito más allá de la capacidad del razonamiento y de la comprensión de las emociones. Posteriormente, este término se utilizó con este sentido más desarrollado. Por ejemplo, en Unmon Koroku (Los registros extensos de Unmon) encontramos el siguiente diálogo: 

     El monje preguntó: “¿Pero cómo es el ámbito del no pensar?”. Unmon dijo: “Más allá de la comprensión del razonamiento y de las emociones”. 

    El significado de hishiryo en Soto Zen. En Fukanzazengi y Zazen Yojinki, hishiryo se introduce inmediatamente después de una enseñanza sobre la postura de zazen que utiliza la expresión: “sentarse inmóvil.” Por consiguiente, hishiryo puede entenderse como una descripción del estado en el que la mente debería estar cuando la postura de zazen se ha establecido correctamente. 

     En lo que respecta a este estado de la mente en zazen, nos encontramos con las siguientes enseñanzas: 

       En el Fukan Zazengi No piense en nada “bueno” ni “malo”. No juzgue lo verdadero ni lo falso. Abandone las actividades de la mente, del intelecto y de la consciencia. Deje de medir con pensamientos, ideas y opiniones. No ambicione convertirse en un Buda. ¿Por qué ha de limitarse a estar sentado o recostado? 

    En el Zazen Yojinki Abandone la mente, el intelecto y la consciencia, deje tranquilos los pensamientos, las ideas y las opiniones. No ambicione convertirse en un Buda. No juzgue lo verdadero ni lo falso. Si quiere acabar con la confusión, debe abandonar los pensamientos de bien o de mal. Evite quedar atrapado en asuntos innecesarios. Una mente “desocupada” junto con un cuerpo “sin actividad” son los puntos esenciales que deben recordarse. 

     Creo que la clave para comprender el significado de hishiryo se halla en estas enseñanzas. 

     Se dice que cuando practicamos zazen, se detienen todas las formas de pensamiento, como lo verdadero o falso, lo correcto o incorrecto y se dejan de lado todos los pensamientos y valoraciones. Con esta actitud, solo permanecemos sentados. Ésta es la enseñanza impartida por Dogen Zenji y Keizan Zenji y de esto justamente trata hishiryo. 

Dogen Zenji

     Hishiryo no es un estado sin pensamientos. Cesar “las actividades de la mente, el intelecto y la consciencia” y dejar de “medir con pensamientos, ideas y opiniones” no significa detener por completo cualquier actividad mental. Detener las “actividades” y dejar de “medir" implica evitar los pensamientos y las valoraciones arbitrarios, en lugar de permanecer, durante zazen, en un estado sin pensamientos. La idea de no tener pensamientos constituye en sí misma un pensamiento arbitrario. No quiere decir que un estado especial de la mente sea consecuencia de regular la mente a través de zazen. En vez de tener un estado mental especial, zazen implica no tener un estado mental especial. 

    Por ejemplo, encontramos este pasaje en el Shobogenzo Zazenshin: 

      El monje preguntó: “¿Pero cómo se piensa el no pensar?” De hecho, si bien la noción de no pensar puede ser antigua, uno se pregunta: ¿cómo pensarla? ¿Podría no existir ningún pensamiento al sentarse de manera inmóvil?… Cuando pensamos el no pensar, siempre utilizamos el no pensar. 

      No es que al sentarnos en zazen no tengamos pensamientos, sino que pensamos desde el “no pensar”. Se le llama “cómo pensarlo” y “no pensar”. 

     En zazen simplemente nos sentamos al regular el cuerpo (la postura) y la respiración. En lo que respecta a la postura, nuestro objetivo es sentarnos de la manera descrita en el Fukanzazengi y el Zazen Yojinki. Esta postura regula de forma natural la respiración. Después, solo dejamos que se produzca la respiración según se describe en Zazen Yojinki; el aire pasa libremente a través de la nariz y se regula naturalmente. Hishiryo es el estado de nuestra mente cuando nos encontramos sentados de esta manera. ¿Pero qué clase de estado mental es éste? 

     Cuando surge un pensamiento, sea consciente de él. Cuando sea consciente de él, desaparecerá. En la versión de Tenpuku del Fukan Zazengi (el manuscrito firmado de Dogen Zenji), no encontramos las frases: “Piensa en el no pensar. ¿cómo pensarlo? Más allá del pensamiento.” En su lugar, se encuentran las siguientes frases: “Cuando surge un pensamiento, sea consciente de él. Cuando sea consciente de él, desaparecerá. Constantemente deje a un lado todo lo externo y sea uno con todas las cosas.” Se enseña como “el arte esencial de zazen”. Es decir, en la versión popular: “Cuando surge un pensamiento, sea consciente de él. Cuando sea consciente de él, desaparecerá. Constantemente deje a un lado todo lo externo y sea uno con todas las cosas” fueron eliminadas y se insertaron en su lugar las frases “Piensa en el no pensar. ¿Qué clase de pensamiento es ése? Más allá del pensamiento.” Incluso si el propio Dogen Zenji efectuó la citada sustitución, de todas maneras es importante saber que la enseñanza: “Cuando surge un pensamiento, sea consciente de él. Cuando sea consciente de él, desaparecerá. Constantemente deje a un lado todo lo externo y sea uno con todas las cosas” aparecieron en la versión firmada porque esta expresión nos ayuda a comprender hishiryo. 

     Dicha expresión constituye una descripción de nuestro estado mental durante zazen. Cuando surge un pensamiento durante zazen y nos hacemos conscientes de él, desaparece por sí mismo. Asimismo, cuando otro pensamiento se presenta, nos hacemos conscientes nuevamente de este y desaparece. Si nos mantenemos en este proceso, naturalmente dejaremos de lado todo lo externo y seremos uno con nosotros mismos. Éste es precisamente el estado mental durante zazen y el contenido de hishiryo. 

     Hishiryo no es alcanzar un estado trascendental de la mente a través de la meditación o entrar en un estado carente de pensamientos e imágenes. No se trata de permanecer en un estado repleto de impurezas y falsas creencias ni tampoco implica el pensamiento que discrimina. Esto es lo que Dogen Zenji quiso expresar al emplear la palabra hishiryo. Este concepto fue transmitido con firmeza en el Zazen Yojinki de Keizan Zenji. Así que, en la tradición Soto Zen, ahora hacemos hincapié en hishiryo como un estado de la mente durante zazen. 

     Escrito originalmente en japonés por el Rev. Tairyu Tsunoda. Traducido al inglés por el Rev. Issho Fujita Asistido por el Rev. Tonen O'Connor y el Rev. Zuiko Redding

lunes, 21 de marzo de 2016

El Zen, una Vía de realización interior.


     El nombre Zen proviene del chino Chan que es la deformación de la palabra sánscrita Dhyana traducida por meditación, contemplación. “El Zen es, en su esencia, el arte de ver en la naturaleza del ser. Indica la Vía que va de la esclavitud a la libertad. Nos libera de todos los yugos bajo los que, criaturas limitadas, sufrimos constantemente, haciéndonos beber directamente en la fuente de la vida”, explica el profesor D. T. Suzuki. El Zen tiene la llave de la liberación, de la realización del “yo”. En ese momento, el hombre puede convertirse en Maestro de las energías que le habitan.

     El Maestro comunica técnicas y consejos al alumno para guiarle. Su presencia es una ayuda preciosa. Pero su misión se detiene ahí. Es el mismo discípulo quien deberá hacer el trabajo necesario para
despertarse. El Satori sobreviene sólo cuando las nubes de la ignorancia y de la ilusión se han disipado. De hecho, se trata de ir más allá del dualismo fabricado por el cuerpo mental que deforma la realidad.

    Además de la meditación sedente (zazen) que es una explotación interior de las profundidades del ser y del cosmos, el Zen enseña técnicas destinadas a una toma de conciencia susceptible de provocar el estallido de “los límites de la mente”.

    Por ejemplo, los diálogos (mondo) entre Maestro y discípulo. A la pregunta “¿Qué es el Zen?”, el Maestro responde a veces: ¿Y tú, quién eres tú?” o bien “El ciprés está en el cementerio”, o bien se encoge de hombros. Los koans son una especie de acertijos, de preguntas ilógicas que no tienen ninguna respuesta mental sobre las que el discípulo deba meditar. Los más célebres son: 
- Todo vuelve al Uno, pero ¿adónde vuelve el Uno?
- Cuando tocas las palmas, el choque de las manos produce un sonido. ¿Cuál es el sonido producido por una sola mano?

     El Zen, lejos de estar separado de la vida real, es por el contrario un arte de vivir que permite estar plenamente presente en cada gesto de la vida cotidiana. Para perfeccionar la realización interior, los monjes Zen ejecutan ellos mismos los trabajos necesarios para el mantenimiento del monasterio y practican las artes tradicionales. En esos momentos se ejercitan en la “meditación sobre la acción”, en la concentración sobre el movimiento”. Numerosos Maestros Zen practican así aún en nuestros días las artes marciales, con el fin de realizar “una unión más estrecha entre el hombre y el instrumento, entre el sujeto y el objeto, entre el actor y la acción, entre el espíritu y el cuerpo”. El Maestro Zen no es solamente el que es capaz de quedarse varias horas en zazen, sino sobre todo el que es capaz de controlar armoniosamente todos los dominios de la existencia. La maestría en un arte es una prueba de realización interior.

     Si el Zen y las artes marciales están íntimamente ligados en el Japón, el shinto, la antigua religión tradicional, es la tela de fondo del budô. Las ceremonias y el altar shinto ocupan su lugar en cualquier dôjô tradicional. El Maestro Ueshiba siguió una enseñanza shinto bajo la dirección del monje Degushi. El taoísmo es la Vía tradicional del imperio del Medio. El Zen es una síntesis entre el budismo hindú y el taoísmo. Verdadera alquimia interior, la enseñanza taoísta pasa por un conjunto de técnicas que conducen al Despertar de las energías latentes con el fin de regenerar al adepto. 
     
     Los métodos son parecidos a los del Zen: meditación, control de la respiración, preguntas y respuestas enigmáticas, y desde luego la práctica de la meditación en movimiento, de la concentración en los gestos cotidianas. La meditación en la actividad es para los taoístas mil veces superior a la meditación en reposo: “El ritmo universal se manifiesta solamente cuando hay tranquilidad en el movimiento”. 

     El tai chi chuan, cultivado por los maestros taoístas, representa una de las artes marciales más perfectas. Es al mismo tiempo un arte de combate, una terapia, una danza simbólica y una meditación del cuerpo. Como su nombre lo indica, este arte consiste en gobernar la acción de la energía en el cuerpo. Los Maestros afirman que hay que conservar el chi original ya que de la misma manera que mantiene la pureza del Cielo y la calma de la Tierra, permite la realización de un Hombre”.

     Si los caminos de acceso son diversos, los maestros de artes marciales han sabido integrar a su práctica las disciplinas susceptibles de conducir al último secreto.

La gran Vía no tiene puertas
Miles de caminos llevan a ella.
Aquél que franquea esta puerta sin puerta
Anda libremente entre el Cielo y la Tierra.

Extracto de “El Blanco Invisible” de  Pascal Faulliot; Ed. Visión Libros